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miércoles, 29 de enero de 2020

EL PERIODISTA, A SECAS

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Este texto es una reseña crítica del libro "Joseph Pulitzer. Luces y sombras de un periodista genial"


¿A qué tipo de público y por qué pretende dirigirse el diario de Pulitzer?

La importancia que tiene Pulitzer en la nueva concepción del periodismo es que contempla el medio como un canal que debe ser accesible a todo el mundo. Hay que entender el término accesible respecto a la accesibilidad al precio y a los contenidos. Su batalla por sacar al mercado un producto que todos pudieran comprar, independientemente de la clase social a la que se perteneciese, y la configuración de contenidos que pudieran satisfacer la curiosidad de todo el espectro social son las claves de su éxito.

Si a la batalla de precios, en la que bastantes competidores decidieron entrar equivocadamente, le sumamos ese afán por despojar de cierto elitismo a la lectura de diarios, buscando un público llano, amplio y “de la calle”, es seguro confirmar que tenía más de media batalla ganada. Otra parte de su inteligencia en estos negocios proviene de la capacidad integradora de los públicos, es decir, aunque Pulitzer “Quiso dar un protagonismo a los que no lo tenían, los que sólo podían ser objeto de explotación por parte del capitalismo rampante”, nunca olvidó “tratar con seriedad las cuestiones que lo merecían”, siendo esto último un certero referente a las clases más instruidas y preparadas que, históricamente habían sido el centro de atención de los medios escritos.


El autor del libro lo resume perfectamente en la siguiente frase:
“Efectivamente, logró su propósito de hablar a una nación, no a un círculo reducido de personas entendidas (Jekyll y Hyde): sensacionalismo en el tratamiento de los sucesos cotidianos junto a intelectualismo en la página editorial”.

Bucear en el por qué de esta actitud “Jeckyllhydiana” merece una doble respuesta. Por una parte “Jeckydiana” basada en su “sensibilidad”, basta ver sus inicios para comprobar el profundo conocimiento de las clases desfavorecidas desde su experiencia vital. Ser cuidador de mulas, estibador y camarero, amén de emigrante en difíciles circunstancias, ayudó a empatizar con las clases bajas. Si a esto le sumamos la influencia de Schurz, codirector del Westliche Post en Saint Louis en 1867, con gran ascendente sobre Pulitzer en valores democráticos y sociales, no es de extrañar que nuestro protagonista entendiera el periodismo como un servicio a la sociedad.
En el apartado “Hydeiano”, menos humano y más animal mediático con “brillantez de pensamiento”, Pulitzer entiende que el futuro del medio está en la globalidad de públicos anteriormente explicada.

Su naturaleza perfeccionista, propia de las personas que juegan al ajedrez, dado que este juego requiere muchísimo trabajo y disciplina, queda impreso en sus acciones empresariales desde el inicio. La alta competencia existente y su lucha por desarrollar lo que lleva dentro le valdrá como doble premio: dar voz a los “sin voz”, con un estilo “breve, despreocupado y dinámico, que conectaba con la gente de la calle” y, por otra parte, recibir el reconocimiento del público entendido.

*   ¿Qué novedades temáticas y formales ofrece el periodismo de Joseph Pulitzer frente al representado por diarios como The Sun?

En cuestiones temáticas es divertido señalar los artículos de Richard Adams Locke sobre la vida en la Luna que el Sun reprodujo durante una semana. Evidentemente esto daría para una tesis sobre la Agenda Setting en esos tiempos ya que el público estaba encantado. La veracidad de la información no tenía valor.


Frente a estos cuentos, Pulitzer apuesta por lo humano desde un punto de vista también criticable. Los asuntos criminales y pasionales que pueden acercarse al espectador comienzan a copar sus columnas atrayendo a un público necesitado de conocer más sobre temas cercanos. También se proponen temas relacionados con ecos de sociedad y reportajes sobre viajes o expediciones que van orientados hacia ese aspecto “Jeckyldiano” de Pulitzer.

La necesidad de alejarse de su más directo competidor se incrementa con la introducción de una “hoja de calidad”, la importancia del cuidado editorial y la cobertura de información internacional. Aquí el referente “Hydeliano” es claro.
La inserción de “2 espacios cuadrados para autopromoción del World o anuncios que iban cambiando” y la reducción de la tipografía, para albergar más texto y posibilitar también más espacios en blanco, supuso una novedad importante.

Si a los cambios anteriores le sumamos la proliferación de mayor número de dibujos que ilustraran la información, es obligado decir que el número de hojas del diario debía ser superior a las 4 hojas del Sun. El diario de Pulitzer tenía de 8 a 10 páginas salvo los fines de semana que contaba con 12. Este detalle unido al cambio a un formato pequeño, parecido al actual, y a la renovación de su cabecera con sus dos “semiglobos terráqueos” y sus poderosos rayos llamaban a pensar que algo diferente estaba sucediendo. En forma y fondo.

*   ¿Qué diferencias y semejanzas encuentras entre la manera de entender el periodismo de Pulitzer y de Hearst?

Empezaremos por aquellos aspectos humanos que más los diferencian:
Pulitzer es un amante de su profesión, comunicador convencido del bien social que pueden proveer los medios a través de la información, si bien cae en el sensacionalismo barato para poder llegar a una mayor masa. Ama el periodismo y trata de rodearse de aquellos profesionales que, bajo la consigna de “precisión, precisión y precisión”, sean capaces de alcanzar una calidad determinada del producto mediático final.

Hearst también es un amante, pero de sí mismo. Un caprichoso millonario que sólo busca el reconocimiento personal en cada una de sus facetas diarias. Desde sus desvaríos en la universidad hasta el acoso al gobierno español del momento por el caso de la señorita Cisneros, su afán es Hearst. Para este afianzamiento de su condición no se esconde al reconocer que “la memoria es olvidadiza y que lo importante es llamar la atención”. El concepto de rigor informativo es soterrado.

Pulitzer respeta la realidad mientras Hearst anteponía el titular y las cifras de difusión a la veracidad de los mensajes. Ya desde sus inicios se lo hizo conocer a su padre al indicarle que uno de los aspectos fundamentales a cambiar en el Examiner era la necesidad de “ser reconocido desde Oregon hasta Nuevo México”.

Paradógicamente, resulta curioso señalar que existen bastantes semejanzas entre ambos. En la misma carta donde asesoraba a su padre sobre los cambios a realizar en el Examiner, Hearst aconseja cambios en el formato y los contenidos que ha copiado de Pulitzer. A saber, mejorar la presentación para mejorar legibilidad (aquellos que Pulitzer consiguió con mayores espacios en blanco) y movilizar los sentimientos humanos en las noticias. Pulitzer como genio, pero Hearst como copia de genio. Todas aquellas mejoras estaban a disposición de todos los demás diarios pero Hearst fue el primero en detectar los puntos fuertes de su oponente.

También muestran semejanzas en su espíritu propagandístico. Pulitzer, con sus 100 mil ejemplares vendidos regaló sombreros de copa de seda para cada empleado. Al alcanzar el cuarto de millón acuñó monedas de plata, con la estatua de la libertad en una parte, y en la otra el número alcanzado. La estatua de la Libertad fue otra gran campaña de marketing aprovechada por Pulitzer para aumentar su presencia y la de su medio en la sociedad. En estos lares Hearst no se quedó atrás. Desde la caza del oso Monarca hasta las excursiones por la Bahía de San Francisco. El colmo y el culmen de toda esta guerra propagandística se alcanzó con la guerra de Cuba (en la que por cierto participó mi abuelo y con desgraciadas consecuencias). Toda la artillería mediática, populista, trivial y “falsofeminista” de Hearst contra una nación, España, en aras del enriquecimiento infinito de su ego. Un verdadero artista de la propaganda con tintes de sinvergüenza.

* ¿Crees que sigue siendo válida la opinión de Pulitzer sobre la formación universitaria de los periodistas? ¿Por qué?

Absolutamente. Recordemos una de sus palabras cuando trataba de buscar un redactor: «¿Qué ha leído Cobb sobre la historia de América, Rhodes, McMaster, Trevelyan, Parkman? ¿Qué sabe sobre la constitución y las leyes? (...)”. Después siempre venía la pregunta “hydeiana” como director: ¿Cómo está de salud?.

La universidad no te garantiza ser un buen profesional pero sí que te confiere el marchamo de que conoces los principios básicos de la profesión. La preparación no es condición suficiente para ser un buen profesional pero sí necesaria.
Que el resto de profesiones y no el periodismo deba tener la ventaja de una especial preparación me parece contrario a la razón” (Pulitzer). Aquí está una buena razón más.

Por último destacar que el principal valor que ofrece una universidad, por encima de la realidad cotidiana, es la posibilidad de cohabitar con experiencias y profesionales que conocen la profesión y sus diferentes disciplinas con verdadera profusión. Esto, como todo está sujeto a excepciones, claro está, pero sin ese conjunto de herramientas mayoritariamente funcionales y “perfectas” que componen una universidad, difícilmente podríamos llegar a tener profesionales que puedan y quieran mostrar una cara amable, honesta y, sobre todo, veraz de la información.



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domingo, 26 de enero de 2020

¿PERIODISMO ESPECIALIZADO?

El Calentamiento Global ya está en todas partes.


Los medios deben poner atención en el tipo de especialistas que deben redactar e informar sobre este asunto porque no solo es juntar palabras.


Las características de la información medioambiental deben cumplir los siguientes requisitos:
  1. Manejar el lenguaje técnico específico y tener base académica sólida.
  2. Disponer de suficientes fuentes de información con intereses contrapuestos.
  3. Ser capaz de analizar y hacer inteligible para el público los contenidos técnicos con ejemplos prácticos de fácil comprensión.
  4. Proporcionar una informacíon que, más allá del puro aspecto comunicativo, transcienda en la labor de sensibilización y creación de una conciencia ambiental.

Pasamos a analizar uno a uno cada ítem.

  1. Manejar el lenguaje técnico específico y tener base académica sólida.

En primer lugar quisiera exponer que soy Químico Industrial especializado en temas medioambientales y concretamente en contaminación de aguas. Conozco bien lo que sucedió en Aznalcollar y valoro muy positivamente el tratamiento de la información del texto aunque haya detectado algún punto susceptible de haber sido explicado más y mejor.

Desde el tratamiento puramente químico, conviene recordar que muchos de los metales que fueron diseminados en estos lodos, muy contaminantes y perjudiciales para la salud, no aparecen en todo el texto. Tampoco se explica la solución de bombear las aguas ácidas para su neutralización y sus consecuencias. En este punto se debe aclarar que era la única solución y que dicha reacción química no sería grave ya que sólo aumentaría la salinidad de las aguas.

Adentrándonos en el cariz comunicativo, en el texto se hace referencia a que “la prensa libre española no tiene la especialización suficiente en ciencia y medio ambiente como para denunciar estas maniobras”. La especialización en Medio Ambiente requiere un amplísimo abanico de conceptos técnicos conformados por muy diversas disciplinas. De ahí la dificultad de esta especialidad. Como ejemplos citaremos: conocimientos de electricidad para hablar de biomasa, de biología para hablar de ecosistemas, de física para energía eólica, de química para contaminación y termodinámica para asuntos relacionados con biogas y vertederos controlados.

El titular de El País titula del domingo 26 de abril: “La rotura de una presa con agua ácida causa un desastre ecológico en Doñana” es tan inexacto científicamente como poco riguroso en las consecuencias de un vertido de aguas ácidas (mucho menos graves que las producidas).
El periodista especializado no debe saber de todo esto, pero si ser capaz de contrastar con libros, internet u otros recursos, humanos o materiales, la informacion recibida para saber, en primer lugar, si no se trata de un disparate. De esta forma echo de menos que alguien preguntara a César Nombela, quien más declaraciones realizó por parte del CSIC, ¿qué pinta un experto en genética microbiana como usted en un problema puramente químico?.

Siguiendo las pautas vistas en clase, y para casos díficiles como el que nos ocupa, es necesario recordar la necesidad de una clara vuelta al concepto de periodismo especializado. Éste consolida la labor del profesional formado en la universidad y con una experiencia profesional previa distinta de la actividad periodística.

  1. Disponer de suficientes fuentes de información con intereses contrapuestos.
El texto nos lleva de unas fuentes primarias a otras sin saber bien a cuál obedecer. El mismo Delibes reconoce que los ecologistas tenían razón.

Para tratar de suplir las deficiencias técnicas que puede tener un periodista especializado (parcialmente) es conveniente recurrir, como apunta Inmaculada Chacón Gutiérrez en Documentación para el Periodismo Especializado, Revista General de Información y Documentación Vol.11-2 2001: 33-60, a diversas fuentes oficiales (Administraciones Nacionales y Autonómicas y Universidades), privadas (ONGs y Asociaciones Profesionales), Centros de Investigación y Documentación (CSIC y CIEMAT).

  1. Ser capaz de analizar y hacer inteligible para el público los contenidos técnicos con ejemplos prácticos de fácil comprensión.

No es fácil analizar la información recabada de las fuentes primarias ya que hay muchos intereses económicos, sociales y, sobre todo, políticos. La ingente cantidad de informes durante los primeros días tampoco ayudaban a este análisis. Para sortear esta dificultad se debe ampliar el número de fuentes a consultar conociendo su orientación política y el perfil profesional del interlocutor. Muchas de las discrepancias del texto se basan en si la contaminación se produjo en el parque o en “las puertas del parque”. Cualquier especialista en Geología o Química podría haber resuelto este dilema con una simplicidad absoluta. El paraguas del CSIC era demasiado grande como para contradecirlo.



Ángel Martín Municio, bioquímico y presidente de la Real Academia de la Ciencia, en su declaración en El Mundo lo deja claro y sencillo: Cualquier análisis de las tierras afectadas también detectará (metales pesados) durante decadas”. Esto es simplificación acercada al ciudadano. ¿Tan difícil era decir que Doñana, su subsuelo, es como una esponja donde independientemente de donde metas contaminación puede trasladarse a cualquier parte de esa esponja? No era difícil. Lo complicado era que la apisonadora política con ruedas CSIC no pasara por encima como Nombela hizo con Delibes. Delibes explica de otra forma lo de la esponja y Nombela desmiente sin fundamentos ni preparación. Los medios lo reproducen pero, y aquí está mi inocente indignación, no publican la calidad científica de uno y otro. Esto hubiera sido revelador para cualquier persona no entendida.

La esponja explica Doñana de forma sencilla. Esto es lo que llega al público y el periodista debe tratar de analizar o buscar quién pueda facilitarle esta labor. Incluso aquí la prudencia y la diversidad de fuentes debe ser escrupulosamente vigilada.

  1. Proporcionar una informacíon que, más allá del puro aspecto comunicativo, transcienda en la labor de sensibilización y creación de una conciencia ambiental.


Los gabinetes de prensa alimentaron los medios y “facilitaron” la tarea de muchos periodistas. Quizás debe promoverse, en esta especialización Mediambiental, la necesidad de preguntarse siempre ¿qué consecuencias inmediatas y a largo plazo conllevará la acción sobre la que se informa? y ¿cómo contribuyen estas acciones al desarrollo del ser humano? Aplicando estas dos cuestiones de forma didáctica, el periodista especializado estará realizando una de las tareas más importantes y gratificantes de su tarea: formar, crear conciencia crítica y sensibilizar (además de informar que ya se le presupone).


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sábado, 25 de enero de 2020

MENOS PIN Y MÁS PON (ESTE LIBRO EN TU MESILLA)

Hoy, con la moda de los "pines", es imprescindible leer este libro:



Hace años, cuando estaba en Extremadura, formaba parte del núcleo duro de resistencia de un grupo ecologista contra la implantación de una cementera en una zona protegida. Allí conocí a Alfredo, un señor mayor que había estado en un campo de concentración nazi. Nunca me atreví a preguntarle por aquellos tiempos. Después de leer el libro me arrepiento de no haberlo hecho pero, después de bucear en la vida de Levi, Paul Celan, Sara Kofman y Jorge Semprún, me alegro de no realizar aquellas miles de preguntas que me pasaron por la cabeza.

Después de leer el libro de El Aleph Ediciones, que contiene un apéndice clarificador de 1976, tengo dos sentimientos contrapuestos que trataré de justificar en esta reseña. La lectura ha sido de dos sentadas y, como por azar, creo que son dos libros diferentes. La primera parte que leí fue hasta la página 77, cuando se inicia la primavera y el invierno se ha ido. La segunda hasta el final.



En la primera parte el lenguaje tan claro, descriptivo y plagado de detalles asfixia hasta el punto que produce hastío encontrar detalles que parecen impropios de la especie humana. Esta abrumadora claridad de léxico fácilmente comprensible y exento de adornos inútiles nos va clavando imágenes imborrables de horror, asco y abominación por nosotros mismos. Un lenguaje tan directo que a veces parece que nos lo está contando en persona. Durante las primeras 77 páginas nos “maltrata” con el relato de una realidad que se compone de una serie de reglas que conforman el mundo del Lager, el Ka-Be y las relaciones de supervivencia entre los propios prisioneros.
La angustia general del ambiente del campo de concentración se une a la diversidad de lenguas que allí abundan. Debemos recordar que para el año en que Levi ingresa en el campo, muchos son los países que han sido presa de los planes imperialistas de Hitler y, muchos más son los prisioneros necesarios para sustentar una creciente industria militar que afiance el motor expansionista del Fürher. Este crisol de lenguas permite aislar a los prisioneros dentro del propio campo, hasta el punto que la no comprensión de determinadas órdenes en alemán puede ser objeto de una muerte segura. Es la soledad dentro de la soledad.
No hay persona que pueda acostumbrarse a los innumerables ejemplos, que nos brinda en estas páginas, sobre el hambre que no deja dormir, el frío que te impide moverte y la falta de dignidad personal que, envuelta en silencio, es la garantía de seguir vivo.

A partir de esa primavera, Levi y el lector parecen haberse enquistado en estos sentimientos descritos anteriormente. El hambre, la muerte y el dolor ya no hacen tanto daño como el principio. Ahora el ahogo viene por parte del cuándo. No cuándo la muerte vendrá ni si será seleccionado o no, sino cuándo entrará el frente ruso y los liberarán. Los rumores inquietan pero no albergan esperanzas porque la esperanza es propia de los hombres y, los que allí pululan ya no son ni hombres. Levi ha aprendido a comerciar con objetos, con su mente de químico y con las reglas del Lager. Ya no le sorprende a él ni a nosotros que forme parte del sistema de corrupción, que dentro de todo ese estiercol social, es menos corrupción. La vida es adaptación y sabiduría. Desde Schespchel, que condenó a un compañero para salvarse, pasando por Alfred L., que bajo su apariencia de químico limpio y educado, capaz de cambiar pan por betún para crearse una imagen positiva que le haría sobrevivir, hasta el bufón enano de Elías Lindzin, cuyas bravuconerías le permitirían estar en el grupo de los salvados, desfilan muchos más “hundidos” que no supieron leer la situación o que, como Levi y Alberto coincidieron ante el último ahorcado, fueron los verdaderos héroes que no dejaron quebrantar su dignidad.


Si esto es un hombre es un ejercicio de liberación personal que no puede vivir eternamente en la mente de nadie. Su suicidio lo atestigua. Elie Wiesel, premio Nobel de la Paz en 1986, aseguró que "Primo Levi murió en Auschwitz cuarenta años después".

¿Por qué escribir si lo que reside en nuestra mente nunca se irá en la tinta que cubre las hojas? Paul Celan terminó escribiendo versos más cortos, menos explícitos y, antes de dejar la escritura, dejo que el Sena se quedara con su cuerpo. Sara Kofman, cuyo padre murió en Auschwitz también se suicidó tras dejar por escrito multitud de ensayos y libros referidos a este período de la historia reciente. “Levantar la mano sobre uno mismo” , libro premonitorio del filósofo Jean Amery que afirma que el suicidio no es una muerte anti-natural. Estos autores cercanos a la experiencia nazi demuestran que las letras como vía de escape no funcionan. No lo digo yo sino que me apoyo en el título del libro de Jorge Semprún: “La escritura o la vida” . Es necesario aprender a convivir con la memoria para que los recuerdos no te empujen hacia lo que se desea inconscientemente. Levi lo sabía, pero su deseo responsable de transmitir esta barbarie, estuvo por encima de las consecuencias que le llevarían el revolver con tanta sinceridad y clarividencia en el interior de sus vivencias.

Todos, absolutamente todos deberían leer este libro.