Punset fue un genio de la divulgación científica y se adelantó a todo.
Tras haber analizados dos de los capítulo de la serie REDES (Somos supersociales por naturaleza y El poder de las redes sociales), puedo asegurar que este hombre
- INTRODUCCIÓN
Este maremágnum argumentativo, apoyado
en nombres de gran reputación, pueden conducirnos a la cómoda tarea de asumir
que todo es cierto e incontestable pero, por el contrario, ni la sociedad es un
número constante de individuos homogéneos ni las verdades absolutas están de
moda. Punset y sus entrevistados abundan en factores sociológicos y
psicológicos de una parte de la sociedad en la que bien podríamos estar
inmiscuidos los alumnos de este grado. Ahora bien, igual que cuando éramos
pequeños y salían dos rombos en la televisión y nuestros padres nos mandaban a
la cama, en ambos capítulos de REDES deberían salir los mismos símbolos para
que el espectador supiese que se está hablando de temas para adultos. ¿Por qué?
Porque en su mayor parte los argumentos no son idóneos para adolescentes ni se
corresponden con la realidad que viven a diario.
Podría parecer que trato de jugar con
una verdad absoluta y negativa sobre el programa pero, de antemano propongo que
no, que mi tesis no tiene porque ser cierta en su totalidad pero, a buen
seguro, está más cerca del día a día que las excelentes comparecencias de los
señores Dunbar y Fowler.
- PERO, ¿CUÁL ES MI TESIS?
Por fortuna o infortunio, según los
tiempos que nos tocan vivir en educación en la actualidad, debo decir que soy
profesor de enseñanza secundaria, y lo que es “más grave” jefe de estudios de
un centro de 800 alumnos en Marcilla, Navarra.
Mi Tesis podría denominarse “Punset
jamás fue adolescente”. Bajo su pelo blanco alborotado se encuentra una de las
redes neuronales más ordenadas que posiblemente hayan pasado por la televisión
pública didáctica de los últimos tiempos. A la vista de estos dos programas, un
excelente divulgador para adultos. ¿Para adultos? Sí, para adultos sin hijos en
edad escolar más exactamente. Trataré de explicar este matiz. Los adolescentes
que se encuentran en la Educación Secundaria Obligatoria no se pueden ver
reflejados en estos dos programas porque su realidad psicológica y sociológica
es bien distinta. Las edades comprendidas entre los 12 y los 16 años son
bastante díscolas con los resultados de los estudios que se realizan sobre
adultos. A saber:
2.1 150, número de Dunbar.
El “número de Dunbar educativo (nDe)” es
20 miembros y se corresponde a la ratio por la cual, cada 20 alumnos que salgan
a una actividad educativa fuera del centro, debe tener al menos un profesor
acompañante. Es decir, 150 alumnos deberían ser acompañados por 8 profesores. Influyen
algunas variables como las hormonas o la agrupación de miembros de diferentes
“tribus”, esto es, alumnos que vienen de hasta 9 localidades diferentes y que condicionan
que el nDe sea 20 y no mayor. La motivación, el interés y, por su puesto, la
edad hacen que este nDe, más que un número, pudiera ser una función matemática
sin valor constante.
2.2 La Risa como elemento de Socialización según Dunbar.
A día de hoy, 8 de noviembre de 2012,
las incidencias registradas en el centro educativo donde trabajo ascienden a
241. Muchas de ellas, las más graves, producidas en el recreo entre miembros de
diferentes “tribus”. Motivos iniciales de las peleas: “me miraba y se reía”,
“me mira todo el día”, “se estaba riendo de mí”. La risa, en determinadas
edades, no puede ser considerada como herramienta comunicativa porque, como
apuntaba Umberto Eco, los ejercicios de codificación y descodificación deben
ser compartidos. De este modo, el mensaje emitido y el recibido son diferentes,
incluso contrapuestos. Es lo que Cooley considera pensamiento no desarrollado ante la ausencia de comunicación.
2.3 Las Redes Sociales.
Desgraciadamente tampoco podemos decir
que se cumplan los 3 grados de influencia que propone James Fowler. En el
centro, tras realizar un estudio pendiente de publicar este mismo curso, hemos
constatado que la influencia de las redes sociales va más allá de los límites
que arroja el entrevistado; pero sólo en cuestiones de influencia negativa:
agresiones, ciberbullying y acoso; a
diferencia de Fowler que postula que la felicidad es más contagiosa que la
desgracia. Nuestra experiencia es justamente la contraria.
- CONCLUSIÓN: ¿DÓNDE ESTÁ ENTONCES LA
VERDAD?
Cómo se decía en la serie “X Files”, la
verdad está ahí fuera. La heterogeneidad de la muestra nos impide sacar conclusiones
universales para el infinito abanico psicológico de los individuos. Los
programas de REDES tienen su validez para un rango de edades determinados, lo
que Mead llama situaciones concretas de
la acción. Para los humanos con los que paso un tercio de mi vida no valen
y aquí es donde, de nuevo me cuestiono si ¿Fue Punset adolescente alguna vez?
- BIBLIOGRAFÍA
MEAD, George
Herbert, “La filosofía del presente,
Madrid: CIS. Centro de Investigaciones Sociológicas, 2008, página 79.
HILDEGARD, C.
Froehlich, “Sociología para el profesorado de música”, Grao, 2011, página 130.
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